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Llegar al Alma del Asunto -Alice Thomas- CHILE

Hace un par de años y luego de 15 años de estudio y/o counseling con Astrología, decidí preparar mi curso de formación para astrólogos. Deseaba que en él, mis alumnos pudiesen incorporar todo el conocimiento psicoastrológico de calidad que yo recibí y que maduré con la experiencia.
La Astrología, en un principio, fortaleció en mí la percepción de un sentido trascendente para la existencia. Que luego, ahondé y experimenté tanto más, aprendiendo de las numerosas lecciones que la vida misma enseña y de las cuales se hace tan obvio que los astros sean cómplices.
Por esto mismo, recuerdo que se me hacía muy importante preparar una introducción para el curso, que de algún modo recuperara parte del legado místico contenido en la astrología.
Planeaba preparar el tema introductorio en algo así como unas cuantas semanas. En ellas profundizaría algo más en las bases filosóficas y espirituales, a fin de no entregar datos que resultaran equívocos.
La realidad fue muy diferente: la “preparación” de la introducción del curso, duró dos años. Se convirtieron en dos años fascinantes, a ratos no conducían a nada, pero estaban llenos de eventos sincrónicos.
Una idea podía llevar a una casualidad, un evento llevaba a un libro, o a una conversación de algún modo reveladora, o un dato en internet, y así sucesivamente.
Cada vez que aparecía un dato nuevo, se levantaba un velo con un nuevo nivel de profundidad, al cual saltaba yo feliz a perderme, a navegar, a no entender nada, a entenderlo todo y al momento siguiente a seguir explorando.
Su legado místico, superó mi dedicación a la misma Astrología, se me hizo a ratos una montaña de nunca acabar. Mientras más viajaba en su historia, más debía ocupar la función intuitiva para poder vérmelas con aquello que allí aparecía.
Recuerdo que al llegar al legado pre-cristiano, especialmente a Pitágoras y la sabiduría Hermética, simplemente durante un par de semanas tendía a que se me cayeran las lágrimas, de felicidad, de asombro, de gozo y por qué no, de horror.
La Primera reacción fue: ¡vaya, esta verdad ha estado siempre aquí! más o menos evidente, pero siempre. ¿Por qué entonces, miramos a Oriente en busca de grandes iluminados?
La segunda sorpresa, fue ver la inconmensurable importancia de Pitágoras en el desarrollo del pensamiento occidental. Pero también ver cómo transformó la Astrología y le dio coherencia a un instrumento que permitiría ser parte del conocimiento perenne. Si hoy nos podemos conectar con este conocimiento a través de la astrología, es por su gran legado.
Para mí fue como encontrar un tesoro oculto de sabiduría, que siempre estuvo enterrado en el jardín de mi casa, y que sentía estaba también en el de los demás; especialmente aquellos que sentimos que hemos sido formados en medida considerable en la cultura occidental.
Es asombroso, aún para mí, ver, hoy más claro, cómo este legado histórico, pero también espiritual, está entretejido no sólo en la Astrología, sino que en casi toda actividad humana actual, pasando inadvertida una y otra vez.
Al llegar allí, a ese punto, lo vi con claridad: El gran problema y enfermedad de occidente entero es su capacidad de olvido, la amnesia crónica de su legado.
Y la Astrología, a pesar de esa herencia indescriptiblemente holista, sabía y profunda, por largo tiempo fue infectada con el virus de la amnesia y públicamente rebajada del lugar que le corresponde.
Mi intención en este escrito no es hacer un recorrido del legado histórico, filosófico y espiritual de la Astrología, para recordarnos el origen de la disciplina. Robert Zoller, Robert Hand y todos aquellos que participan y participaron en el proyecto Hindsight son excelentes referentes para ello y el lector puede encontrarlos en la web.
Pero sí es mi intención invitar, a través de mi anterior testimonio, a todo astrólogo para que se encuentre con el alma del asunto, e investigue en la Sabiduría Perenne inherente a esta disciplina, si aún no lo ha hecho lo suficiente.
El Paradigma que nos sustenta como astrólogos desde casi sus orígenes históricos, sigue siendo válido, y lo resumiría en lo siguiente:
El Cosmos es una Unidad Espiritual, que manifiesta una jerarquía y a la esencia de todas las cosas posibles –o arquetipos.
Cada Símbolo astrológico representa a una totalidad que se vincula al proceso de lo absoluto y lo relativo. Lo Absoluto y lo Dual.
Lo dual se refleja en un proceso de creación, materialización y transmutación que nunca está separado del círculo ontológico trans-temporal o Unidad espiritual.
Los arquetipos –o esencia de todas las cosas posibles- se ven reflejados en las infinitas posibilidades de aquello que es creado.
El hombre o la mujer, son un producto final de un proceso creativo en cadena, donde el Ser emana sus cualidades en distintos niveles y los materializa en distintas creaciones según diferentes proporciones.
Pero, a diferencia de toda otra criatura, el hombre y la mujer contienen potencialmente en sí –en su interior- toda la información de todos los múltiples niveles emanados por el Ser.
El desarrollo de su conciencia les permitirá recordar y conocer todos esos niveles; y para ello, deberán elegir recordarlos y no sumirse en la ignorancia o limitarse por sus circunstancias. He ahí el libre albedrío o máximo potencial Humano. Y el reto de sus destinos.
Para finalizar y ayudar a la remembranza del público general y de mis colegas, acerca del legado espiritual siempre presente en la simbología astrológica, les ofrezco a todos, mi traducción desde varias fuentes del inglés, de los Versos Dorados Pitagóricos.
Estos nos muestran un camino a seguir para salir de nuestra propia ignorancia y poder cumplir con lo que la Providencia ha diseñado para nosotros: nuestro máximo potencial.
Traduje los Versos casi al final de este proceso de dos años. Esto, coincidiendo con el final de mi tránsito cuadratura plutón-ascendente y Neptuno cuadrando el Sol y Venus, que fue “lo que sabiamente conspiró” para que yo llegará más “al fondo” en los orígenes de aquello que iba a presentar al mundo.


Versos Dorados de Pitágoras:

Honra y usa tu voto con sagrada devoción.
Primero, a los Dioses Inmortales como se debe;
Luego, honra a los Héroes que exaltan a la Humanidad;
Y los Daimones de la tierra
A tus padres en seguida,
y aquellos que son de tu sangre.
A tus amigos, aquellos que son rectos;
Escucha de éstos últimos, sus palabras sobrias y su cuidado.
Y no los rechaces por faltas menores,
éstas no son mayores que las que puedes encontrar en ti.
Porque el poder es asunto de la necesidad.

Haz tuyo esto que te digo, y acostúmbrate a restringir:
Tu apetito, tu dormir, tu Ira y tu Lujuria.
Evita acciones impropias cuando estás con otros, o a solas.
Y por sobre todo aprende a respetarte.
En la acción y la palabra, observa la justicia.
No hagas nada sin meditarlo.

Ten presente que todos deben morir,
Y que las bondades de la fortuna a veces se mantienen y otras se van.
Toma con Paciencia aquella dificultad que el Cielo te envíe,
Y no añadas más a tu sufrimiento a través de la queja o el descontento.
Remedia si puedes, pero ten presente:
Que hay una proporción menor de tormentas para los hombres rectos.

Lo bueno y lo malo en el discurso pueden unirse,
No caigas en admiración a lo bueno, ni tampoco rechaces lo malo.
Pero si alguien habla con equívoco y error,
Escúchalo con templanza, y ten en cuenta esto:
Que nadie te seduzca por acción o palabra.
Y no te permitas hacer o hablar aquello que traiga perjuicio para ti.
Piensa antes de actuar y prevén la insensatez.
Palabras y acciones aceleradas tienen su propio castigo.
No hagas aquello que te lleve al arrepentimiento.
No te comprometas con aquello que no conoces,
Pero aprende todo lo que haya que aprender y haz tu vida placentera.

La salud es algo que no debes ignorar,
En la dieta usa una medida, y ejercita;
Y la medida es la siguiente: que no te perjudique.
Se ordenado y limpio, sin lujos,
Ten cautela con aquello que hace que otros te censuren.
No seas como aquellos que ignoran lo magnífico,
Ni tampoco alguien de una prosperidad prematura, que luego es barrida.
Porque lo mejor, es ocupar una medida para cada cosa.
No te engañes a ti mismo, delibera antes de actuar.
y nunca permitas que tus ojos entren en el dulce sueño,
sin antes examinar
el motivo de todas las acciones pasadas del día
-de principio a fin-
¿Qué he hecho? ¿En qué puedo haberme equivocado?
¿Qué dejé de atender?
Y si ves en tus acciones algo incorrecto,
Acongójate de ello; si ves lo correcto,
Entonces, permite que el goce esté en tu mente.
Este hábito, este pensar, hazlo tuyo de corazón,
Este camino te llevará a la vida Divina.

Créeme, Lo juro por el que nos mostró el misterio
de la Tétrada sagrada, fuente de donde todo viene,
En tus oraciones a los cielos,
Ruega por el logro de aquello que emprendas,
Este supuesto, si lo observas,
Te permitirá conocer la constitución de los Dioses y del hombre.
Verás la extensión de todas las cosas,
La Naturaleza y el patrón común en ella.
De tal modo, no alentarás tu ignorancia,
Ni seguirás vanas esperanzas por aquello que no puedes poseer.
Verás cómo la pobre y desafortunada humanidad,
Atrae para sí el dolor.
Parecen estar sordos y ciegos a todo bien.
Lo que cura su enfermedad, pocos lo conocen.
Persiguen tal infortunado destino.
Cuales cilindros que ruedan hacia arriba y abajo,
Con amarras, e inundados por males.
Un maldito destino que se teje desde dentro,
La causa de toda miseria y pecado,
Que no debe ser provocado.

La manera de vencer aquí, es evitar y renunciar.
Y de ese modo, El Gran Padre, nos libera,
Oh Padre, enséñanos a conocernos a nosotros mismos y los demás.
Coraje alma mía, el Gran Júpiter es tu aliado
Su rigor, que por la Naturaleza de su Luz describe;
Si estas reglas, hasta aquí, mantienes,
Conservarás tu alma y la librarás de cualquier mácula.

Abstente de las carnes que se encuentren prohibidas
Mantén en nuestra tradición, aquello que purga y libera la Mente.
Considera esto en la más alta de las esferas:
entroniza tu Razón, el mejor auriga.
Y cuando estés sin cuerpo, vagarás libremente
Y en los niveles superiores incorpóreos;
más allá de todos los sentidos y de lo que perece;
Tú, un Dios Inmortal, serás.






Alice Thomas

Psicóloga clínica (1992). Se formó inicialmente en Astrología, el año 1991, con el Psicólogo y Astrólogo chileno Gonzalo Pérez. Y luego de manera muy breve con la psicóloga y astróloga Irene Ballarín.

Actualmente como psicóloga trabaja en su práctica privada y es co-directora del Instituto de Expansión de la Consciencia Humana. Docente en las formaciones de Postitulo en Psicoterapia Transpersonal dentro del Instituto. Y quien dicta la Formación de Astrólogos del Instituto.

En Astrología se limitó -durante años- a lecturas de cartas natales en su consulta y a su estudio, en su mayoría autodidacta. Desde el año 2007, se decidió a mostrar su trabajo y maduración personal implementando la Formación.

Más detalles en: www.transformacion.cl

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